jueves, 1 de septiembre de 2016

Ucrania, Entre la Espada y la Pared


Vehículos Acorazados Portapersonal BMP-2 durante un desfile en Kiev el 24 de Agosto de 2008. (Foto de Tavrian / CC BY)

Ucrania celebró el 25 aniversario de su independencia de la Unión Soviética el 24 de agosto, tuvo lugar un desfile militar por las calles de Kiev, que culminó en un discurso pronunciado por el presidente Petro Poroshenko. En su discurso a la nación, el presidente declaró que la política histórica de Ucrania de tratar de equilibrar sus lazos con Rusia y Occidente ya no era viable. Al contrario, hizo hincapié en que debe ser reemplazada permanentemente por la estrategia actual de Kiev de integración con el resto de Europa. Pero este enfoque puede no ser tan "irreversible" como sugiere Poroshenko. Con toda probabilidad, el futuro de su país seguirá siendo el mismo, como lo ha sido durante el último cuarto de siglo, por la competencia evolutiva entre los poderes que se encuentran a su este y oeste.


La Unión Soviética se disolvió formalmente el 26 de diciembre de 1991. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Ucrania, había declarado la independencia tres meses antes, pocos días después de un intento fallido de golpe de estado en Moscú que exponía las grietas que se extendían dentro del Kremlin, que luchaba por mantener el orden y poner en práctica las reformas . Con Ucrania como la segunda república más importante en la Unión Soviética —sólo después de la propia Rusia—, la jugada ucraniana señaló que los días del estado socialista estaban contados.

Los años posteriores fueron muy agitados para Ucrania, por no decir menos. La transición del comunismo a la democracia en la década de 1990, la Revolución Naranja de 2004, y el levantamiento del euromaidán una década más tarde marcaron su pasado reciente. Ahora un conflicto entre las tropas de Kiev y los separatistas pro-rusos hace estragos en el este del país, y Crimea ha caído en manos de Rusia. Al mismo tiempo, Moscú ha ido incrementando sus fuerzas en la región y a lo largo de las fronteras de Ucrania.

Es probable que el ciudadano medio de Ucrania celebre la independencia del país con una mezcla de emociones, sobre todo porque no hay garantías de que el futuro de Ucrania sea más seguro que su pasado. Las negociaciones de Minsk y Normandía han fracasado hasta ahora en su intención de resolver el conflicto en el este de Ucrania, y el progreso, ya sea en la seguridad o la esfera política, ha sido difícil de alcanzar. El pueblo de Ucrania, frustrado por la imposibilidad de solucionar los problemas de su país, está cada vez más insatisfecho por la situación.

Este descontento es palpable entre los ciudadanos de las ciudades de tendencia occidental como Kiev y Lviv, como también es palpable en Donetsk y Lugansk (de tendencia rusa). Porque Ucrania ha oscilado varias veces de bando, inclinándose primero hacia Rusia y luego hacia el oeste, cada una de las partes ha sentido el aguijón de la traición amarga en los últimos decenios. Teniendo en cuenta que la polarización entre las dos se ha visto agravada por el levantamiento del euromaidán y el conflicto que se produjo a raíz de ello.

Pero a pesar de que los últimos 25 años han dado a la mayoría de los ciudadanos de ucrania motivos para llorar, también han traído razones para tener esperanza. A pesar de la agitación interna y el conflicto externo, Ucrania sigue siendo un estado soberano  —no es poco teniendo en cuenta que estos 25 años es el máximo tiempo que Ucrania se ha aferrado a su independencia en la historia moderna. Antes de 1991, el territorio que ahora forma Ucrania había sido controlado o dividido entre rusos, polacos, austriacos, alemanes y turcos—.

Más allá de la supervivencia de Ucrania como un estado, su administración posterior al euromaidán también ha demostrado ser bastante coherente en sus primeros dos años y medio en el cargo. Los temores de que el gobierno de Ucrania pudiera ser derrocado por las fuerzas pro-rusas o ultranacionalistas de extrema derecha no han sido confirmados, ni tampoco ha sucumbido el actual gobierno de Kiev a las divisiones paralizantes que condenaron a su predecesor naranja. El parlamento ha experimentado sacudidas durante el año pasado con la salida de tres partidos de la coalición gobernante y la renuncia del ex primer ministro Arseni Yatseniuk. Pero Poroshenko ha logrado mantener su propia posición y una coalición de gobierno eficaz intacta.

De hecho, la administración post-euromaidán ha sido capaz de aprobar una ley fundamental, incluyendo la asociación con la UE y el acuerdo de libre comercio que el ex presidente Viktor Yanukovich rechazó y un paquete de ayuda de 17 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional. El éxito de la aplicación de las reformas asociadas con estas ofertas ha dado lugar a ciertos progresos en el sector económico. Como en la reestructuración de su sistema fiscal y el sector de la energía, así como se prevé que su economía crecerá en 2016 después de dos años de contracción.

Al mismo tiempo, un rayo de luz ha surgido en los conflictos en curso de Ucrania con Rusia: Kiev ahora recibe más asistencia política, económica y de seguridad de Occidente de lo que nunca recibió en su pasado post-soviético (por no contar el apoyo simbólico, como la victoria en el reciente festival de eurovisión). Este apoyo es crucial para el gobierno de Ucrania, que llegó al poder en una ola de sentimiento pro-occidental, pero a pesar de ello, una gran duda se cierne sobre Kiev. la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea podría poner en peligro la meta de Ucrania de contrarrestar la influencia de Rusia dentro de sus fronteras alineándose más estrechamente con el bloque europeo. Aunque el Kremlin tiene sus propios problemas, Ucrania es muy consciente de que las ambiciones de Rusia de poder expandirse al extranjero han superado sus debilidades internas. Una Unión Europea dividida y distraída podría fácilmente dar a Moscú la oportunidad de reforzar su posición en Ucrania o explotar las vulnerabilidades propias de Kiev.

No está claro exactamente lo que depara el futuro a Ucrania, pero el país puede estar seguro, de que el camino seguirá siendo dictado por fuerzas que están fuera de sus fronteras. La posición de Ucrania en las fronteras de Europa se ha convertido en un campo de batalla entre Rusia y Occidente durante la mayor parte de su historia, incluyendo los últimos 25 años. Por lo que parece, que la situación en los próximos 25 años probablemente no será diferente mientras los choques entre los dos continúen desarrollándose de forma parecida a como hemos visto en los últimos años.

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