sábado, 16 de julio de 2016

¿Por qué fracasó el Golpe de Estado en Turquía?


Los Golpes de Estado tienden a ser evaluados por un solo criterio: si han conseguido o no su propósito. Y aunque los resultados son, por supuesto, lo que más importa a los que tienen poder  —y los que lo codician— ese tipo de evaluación hace caso omiso de la anatomía que compone un golpe de estado. La situación actual en Turquía revela un alto grado de planificación y coordinación, pero su "éxito" depende de las mismas cosas que hacen posibles todos los demás golpes de estado.

Objetivos Tácticos Conseguidos durante el Golpe de Estado

Transporte

Los primeros signos del golpe se dieron a conocer a través del corte y control coordinado de las vías de transporte. Los soldados involucrados se situaron en los grandes puentes en Estambul y en múltiples carreteras en Ankara e Izmir. Los F-16 turcos fueron vistos haciendo vuelos bajos en Ankara. A los civiles se les dijo que se fueran a casa y permanecieran en su interior. Los aeropuertos de todo el país fueron cerrados y se cerró el espacio aéreo.

Eliminación de la Oposición

Aprovechando que el presidente Recep Tayyip Erdogan estaba fuera de la ciudad, los soldados turcos sitiaron la sede del partido gobernante, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) en Estambul. Los tanques se dirigieron al palacio del primer ministro en Ankara, pero los manifestantes bloquearon el avance de alguno de los tanques mediante un contragolpe. Según los informes, los helicópteros dispararon contra el palacio mientras los tanques se acercaban.

Control de Infraestructuras Críticas

Aunque no está claro si la energía fue cortada en algunas partes de las principales ciudades de Turquía, está claro que los soldados contaron la energía en algunas infraestructuras gubernamentales de vital importancia, tales como el palacio de Dolmabahce.

Comunicaciones

Los golpistas se hicieron con el control de algunos medios y canales de comunicación, los soldados golpistas entraron en las oficinas de la televisión estatal y ordenaron a los empleados que salieran en grupos. los empleados de los medios estatales fueron informados de que el ejército estaba ahora al mando. Se les aconsejó quedarse en casa y se les dijo que la próxima emisión sería a la mañana siguiente. YouTube y otros medios de comunicación de Internet fueron cerrados o funcionaban de forma intermitente. El jefe de la rama del AKP en Estambul se desplazó a un canal de noticias privado pidiendo a los residentes que "resistieran el golpe de estado y se dirigieran hacia el aeropuerto para recibir la llegada de Erdogan." Informes recientes sugieren que el gobierno ha vuelto a tomar el control de la televisión estatal.

Objetivos Tácticos Fallidos durante el Golpe de Estado

Los amotinados debieron conseguir dos objetivos importantes para que el golpe fuera exitoso, a saber:

Apoyo Popular

El factor clave que determina quién se alza con el poder en Turquía o cualquier otro país es el apoyo popular. Así como los Contragolpes en apoyo de Erdogan comenzaron, sus participantes expresaban su apoyo al presidente y a su partido. El ejército se había preparado para la resistencia mediante el fortalecimiento de la seguridad en las principales zonas comunes, como la plaza de Taksim, pero no fue suficiente. La policía antidisturbios se unió a los contragolpistas, disparando tiros al aire y pidiendo al ejército que se fuera. Más tarde, hubo informes de que el ejército estaba disparando contra los manifestantes en el puente del Bósforo, lo que sugiere que quienes instigaron el golpe estaban luchando claramente contra el apoyo popular.

La Unión hace la Fuerza

Por último, un golpe exitoso necesita una unión crítica de las fuerzas de seguridad que actúan en apoyo de la causa; las fuerzas restantes, especialmente aquellos que son débiles o no tienen armas, pueden ser manejados. En Turquía, no está claro donde se encuentra la lealtad de todos ellos, pero hay señales de conflicto entre las diferentes ramas de las fuerzas armadas.

Los golpistas de Turquía, sin duda, tenían el factor sorpresa a su favor. La velocidad con la que los militares se desplegaron en las principales ciudades y tomaron el control de los nodos críticos de energía mostró un alto grado de organización y eficiencia. Sin embargo, el intento de golpe comenzó a deshilacharse, y sus posibilidades de fallar aumentaron a medida que una facción de los golpistas comenzó a dividirse.

Hay varios indicios de que los seguidores del movimiento Gülen, que se encuentra muy arraigado dentro de los militares, encabezaron el intento de golpe. Los Gulenistas son un movimiento islamista que ha acumulado una influencia significativa en Turquía desde la década de 1970. Comenzaron con la gendarmería y poco a poco se abrieron camino en la cadena de mando militar. Cuando el presidente Recep Tayyip Erdogan consideró que el movimiento Gülen se había vuelto demasiado poderoso, las relaciones comenzaron a desgastarse entre el partido gobernante y los Gulenistas. A partir de 2014, las purgas masivas tuvieron lugar para reducir gradualmente la influencia de los Gulenistas en los medios y el gobierno.

Pero la influencia de los Gulenistas en el ejército no estaba completamente purgada. Esto puede ser debido a la gran cantidad de chantaje que los Gulenists hacían a las principales figuras militares para impedir que dejaran el movimiento. En esencia, lo que sucede es que una facción islamista dentro del ejército se ha alienado profundamente con mandos seculares dentro de las fuerzas armadas. En otras palabras, no es un golpe de Estado apoyado por la oposición política, militar y civil de Turquía. Esto ya se evidencia por las señales de un contragolpe conducido por un número de comandantes militares y de la policía nacional, así como el hecho de ver al líder del principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo, decir que es está en contra del golpe.

Como vimos en las elecciones de Turquía de 2015, cuando el Partido de la Justicia y el Desarrollo ganó con un 49,5 por ciento de los votos, el país está profundamente polarizado entre los secularistas, islamistas, kurdos y nacionalistas. Turquía tiene una serie de facciones que se oponen a la tendendia islamista de la agenda política de Erdogan y su política exterior neo-otomana, pero en el otro lado de la balanza, se encuentra un número considerable de seguidores que apoyan al presidente legítimamente. Por otra parte, hay muchos turcos que son anti-Erdogan, pero también están contra del golpe, y que recuerdan la profunda inestabilidad económica y política que trajeron los anteriores golpes de estado. Este intento de golpe es fruto de una división islamista dentro del ejército  —y las divisiones dentro de las facciones golpistas explican el fracaso del golpe—-


Vídeo del momento en que algunos militares golpistas se rinden en el puente del Bósforo.





- Créditos de las fotos: Donna Davis / Multinational Battle Group-East Public Affairs

M.A.S.H.A

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