Al menos 84 personas han fallecido y más de 100 han resultado heridas tras lo que parece ser un ataque deliberado contra la celebración del Día de la Bastilla en Niza, Francia, el 14 de julio. Un gran camión arrolló durante dos kilómetros a una multitud de personas que esperaban un espectáculo de fuegos artificiales en un popular paseo marítimo. Se informó de un intercambio de disparos entre los ocupantes del vehículo y la policía, pero no se ha confirmado. Está claro, sin embargo, que la policía disparó varias veces sobre el camión para detener al conductor. El ministro del Interior de Francia ha confirmado que el conductor del camión ha muerto. En su ejecución, el asalto se asemeja a los ataques en Israel, donde los militantes arrollaron a las multitudes de forma similar, provocando muchas bajas. Las facciones yihadistas como Al Qaeda en la Península Arábiga también han promovido esta táctica como parte de su propaganda en el pasado.
Los ataques terroristas han sacudido a Francia durante el último año y medio, incluyendo el atentado de Enero de 2015 contra la revista Charlie Hebdo y los ataques de Noviembre de 2015 en París por una franquicia de Estado Islámico. A raíz de estos incidentes, y especialmente en la preparación para los grandes eventos como la reciente Eurocopa 2016, Francia ha desplegado un gran número de policías y fuerzas de seguridad. Ayer mismo, el presidente francés, Francois Hollande anunció el fin del estado de emergencia en el país, una perspectiva que seguramente ahora descartarán.
Mapa de los atentados de Niza, en rojo se puede ver el paseo Promenade des Anglais. (Foto de Veggies / CC BY)
La amenaza terrorista en Francia y en otras grandes ciudades europeas seguirá impulsando campañas nacionalistas y euroescépticas para exigir restricciones en las fronteras y la inmigración. A medida que el gobierno de Hollande intenta moderar la subida del partido Frente Nacional de Francia antes de las elecciones de 2017, el presidente francés va a usar la amenaza terrorista para argumentar a favor de una mayor seguridad e integración de inteligencia dentro de la Unión Europea. Del mismo modo, los principales políticos en Francia y Alemania están utilizando la amenaza de la seguridad que los miembros de la UE comparten como causa común para lograr una integración más profunda, cuando, por otra parte, una serie de factores están fragmentando el bloque continental.
ACTUALIZACIÓN (16:19)
Después de que un gran camión arrollara a la multitud y matara a al menos 84 personas en Niza el 14 de julio, el presidente francés, Francois Hollande anunció que el estado de emergencia del país se extenderá por otros tres meses. Hollande también dijo que los controles fronterizos serán exhaustivos y que Francia mostrará "fuerza real y acción militar en Siria e Irak." Las autoridades francesas han confirmado que el principal sospechoso es un hombre franco-tunecino de 31 años de edad, quien tenía antecedentes penales por delitos menores, pero que al parecer no había sido marcado como activo terrorista y era desconocido para los servicios de inteligencia. El ataque es el último de una serie de tramas terroristas de orientación a Francia que han tenido lugar en el último año y medio y va a influir tanto en la próxima campaña electoral como en el debate político a nivel de la UE.
La primera ronda de las elecciones presidenciales de Francia, prevista para abril de 2017, comenzará en tan sólo nueve meses. Con el ataque terrorista contra la revista Charlie Hebdo en enero de 2015 y los múltiples ataques en el centro de París en noviembre de ese mismo año todavía frescos en la mente de los ciudadanos franceses, cuestiones tales como la seguridad nacional, los controles fronterizos, la lucha contra el terrorismo y el papel de las minorías en Francia serán un factor prominente en la campaña. El tema del terrorismo en el país y en el extranjero va a jugar un papel importante en la agenda política del Partido Republicano de centro-derecha, que se centra tradicionalmente en cuestiones de seguridad y de orden público, así como el de la derecha, el Frente Nacional, que tiene una fuerte postura anti-musulmán. Ambas partes son propensas a acusar al gobierno socialista de no proteger a Francia.
En diferentes niveles, los republicanos y el Frente Nacional son críticos con el acuerdo Schengen, que eliminó los controles fronterizos en la mayoría de los países de Europa occidental. Los republicanos han prometido reformar Schengen y dar a Francia un mayor control sobre sus fronteras, mientras que el Frente Nacional quiere anular el acuerdo completo. Los terroristas implicados en los ataques de noviembre en París se movían libremente entre Francia y Bélgica, y ambas partes utilizarán este hecho para justificar sus críticas al acuerdo. Si el Brexit conduce a un deterioro significativo de la economía británica, el Frente Nacional podría decidir centrarse en las cuestiones de seguridad en lugar de la economía, como lo ha hecho en el pasado, para atacar la legitimidad de la Unión Europea.
Los republicanos y el Frente Nacional probablemente no estarán solos en la crítica a Schengen: Otras fuerzas conservadoras y euroescépticas en Europa también son críticos con el acuerdo. Algunas partes están exigiendo el fin del acuerdo, mientras que otras quieren expulsar a los estados miembros que no controlan sus fronteras de manera apropiada. (Grecia e Italia han sido acusadas de esto.) Los ataques más recientes sólo servirán para confundir aún más los debates sobre la inmigración y el terrorismo y serán utilizados por los partidos nacionalistas en toda la Unión Europea para impulsar su agenda anti-musulmán.
Una causa común
El ataque de Niza también será un factor en dos debates en curso en la Unión Europea: las propuestas para aumentar la cooperación en temas de seguridad y los planes para mejorar la coordinación militar europea. En las semanas previas al referéndum del Brexit, Francia y Alemania comenzaron a discutir propuestas para unificar Europa. Estas conversaciones se intensificaron después de que el público británico votara para abandonar el bloque. Teniendo en cuenta que los sentimientos euroescépticos son fuertes durante estos días, París y Berlín decidieron no centrarse en temas controvertidos como la mejora de la integración de la zona euro, pero si trabajar en temas tales como la mejora del control de las fronteras exteriores de la Unión y el aumento de la cooperación en materia de seguridad. El ataque de Niza probablemente reforzará el enfoque de la Unión Europea en la superación de estos esfuerzos, en lugar de temas más divisivos como la integración económica.
Cuando se trata de cooperación militar, recordemos que después de los ataques de París, Francia pidió a sus pares europeos ayuda para los militares franceses, que estaban estirando demasiado sus fuerzas en sus operaciones en el extranjero. Francia es uno de los pocos miembros de la UE con un alcance militar verdaderamente global, y la retirada del Reino Unido del bloque disminuirá la influencia de la Unión en los asuntos exteriores. Esto explica por qué Francia y Alemania han estado discutiendo un mayor papel militar de Berlín. El 13 de julio, el Ministerio de Defensa de Alemania anunció planes para aumentar el gasto militar durante la próxima década y para adoptar un papel más activo en el extranjero. Por razones históricas, sin embargo, Francia y otros miembros de la UE solo tolerarán una Alemania más activa militarmente si ocurre dentro del marco de la UE.
Pero mientras que en los próximos días Francia, Alemania y otros países de la UE se comprometerán a incrementar la seguridad y la cooperación militar, sus acciones estarán limitadas por varios factores. Para empezar, los 28 estados miembros de la Unión Europea tienen diferentes prioridades, recursos y niveles de experiencia cuando se trata de luchar contra el terrorismo internacional. Países como Francia, el Reino Unido y Alemania tienen una experiencia significativa contra el terrorismo y tienen suficientes recursos humanos y materiales para mantener operativas robustas agencias de lucha contra el terrorismo y de inteligencia. Ese no es el caso de los países más pequeños con menos experiencia y presupuestos más pequeños, especialmente en tiempos de crisis económica, cuando los gobiernos tienen que equilibrar el gasto en seguridad y el déficit.
Existen restricciones adicionales a la creación de una unión de seguridad de la UE: A pesar de sus promesas continuas para mejorar la cooperación transnacional, los gobiernos europeos siguen siendo reacios a compartir información e inteligencia. Incluso después de seis décadas de integración continental, los países miembros se resisten a renunciar a la soberanía sobre temas sensibles como la seguridad nacional. La burocracia también juega un papel importante; la UE y los gobiernos nacionales tienen bases de datos que a menudo están desvinculadas. Como resultado de ello, la Unión Europea seguirá haciendo frente a los problemas relacionados con su entorno de seguridad de forma fragmentada, por la sencilla razón de que su estructura no permite responder a una amenaza de manera coherente. Por último, Francia y Alemania tendrán elecciones generales en 2017, lo que desviará su atención de la aplicación de reformas significativas en la Unión Europea.