viernes, 13 de mayo de 2016

El juicio político no traerá estabilidad a Brasil


La presidenta Dilma Rousseff comenta las protestas del 15 de marzo de 2015 contra el gobierno y la corrupción. (Foto de José Cruz/Agência Brasil / CC BY)

La cuestión de si la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, evitaría el juicio político por fin ha sido contestada. En las primeras horas del 12 de mayo, el Senado de Brasil realizó una votación con un resultado de 55 votos a favor y 22 en contra, lo que supone la eliminación de Rousseff de su puesto. Rousseff se vio obligada a abdicar de la presidencia de inmediato, dejando al vicepresidente Michel Temer temporalmente a cargo del país. Rousseff pondrá ahora su atención hacia el largo juicio que le espera en el Senado mientras responde a las acusaciones de manipulación de las cuentas bancarias del gobierno. Después de las audiencias, lo que podría tardar hasta 180 días, su juicio político se convertirá en definitivo si el Senado reproduce los dos tercios de los votos que causaron su expulsión.

Mientras tanto, el ascenso de Temer no va a hacer mucho para estabilizar la escena política volátil de Brasil. El presidente en funciones se enfrenta a su propia batalla legal, dado que el Tribunal Supremo Electoral decidirá si Temer obtuvo las donaciones de campaña a través de actividades corruptas y las utilizó conseguir la reelección en 2014. Si Temer pierde ese caso, podría ser eliminado de su cargo también. Si esto sucede, Brasil tendrá que realizar unas elecciones para elegir a su próximo presidente.


Aunque hay varios candidatos potenciales para el cargo más alto del país, algunos de los principales candidatos llevan su propio lastre político. El expresidente Popular Luiz Inácio Lula da Silva, por ejemplo, es objeto de una investigación de corrupción, que podría culminar en cargos criminales.

Por ahora, Temer utilizará su mandato presidencial - el tiempo que dure - para tratar de avanzar en sus objetivos políticos más grandes. El principal de ellos será la promulgación de una edad mínima de jubilación para reducir los gastos federales de pensiones y la liberación de los ingresos destinados para su uso en otras partidas del presupuesto. Temer también podría tratar de anular la ley que obliga a la empresa de energía estatal, Petróleo Brasileiro, a actuar como operador principal en todos los contratos de exploración y producción de proyectos de energía offshore en las reservas del presal. Eso podría atraer más inversión en el sector energético de Brasil por parte de empresas internacionales del petróleo.

Por sí sola, la eliminación de Rousseff no será suficiente para deshacer el daño que ha causado un deterioro persistente sobre la economía brasileña. En su lugar, la recuperación de las finanzas públicas del país dependerá en gran medida de las acciones que Temer tome en los próximos meses. Pero debido a que su presidencia podría ser fácilmente interrumpida, Brasil puede hacer poco más que esperar a que una nueva ronda de elecciones tenga lugar.