jueves, 30 de junio de 2016

El Yihadismo en Egipto: El Egipto Continental


Miembros de Gamaah al-Islamiya durante una conferencia, el 9 de Mayo de 2011 (Foto de Lilian Wagdy / CC BY)

Las actividades de los grupos yihadistas han decaído en el Egipto continental en los últimos meses, pero eso no significa que la situación de seguridad del país está resuelta. por ejemplo, los ataques de bajo nivel contra agentes de policía y otros objetivos todavía se producen. Pero entre la represión gubernamental y los desacuerdos internos, el poder de los grupos yihadistas egipcios para llevar a cabo operaciones a gran escala parece haber sido suprimido.

Egipto tiene una larga historia de islamismo radical e incluso militante. Ideólogos como el fundador de los Hermanos Musulmanes, Hassan al-Banna marcaron el rumbo en la década de 1920, seguido por el teórico radical Sayyid Qutb en la década de 1960. Los grupos yihadistas como Yihad Islámica Egipcia y Gamaah al-Islamiya estuvieron activos en el país desde finales de 1970 hasta la década de 1990. Y tal vez una de las manifestaciones más conocidas del Islam militante fue el asesinato en 1981 del presidente egipcio Anwar Sadat en El Cairo por miembros de Gamaah al-Islamiya.

Los egipcios también han servido como figuras notables en las operaciones yihadistas internacionales. El Jeque egipcio Omar Abdel Rahman, el líder de Gamaah al-Islamiya, fue detenido en 1993 y condenado por su papel en el fomento de planes terroristas en los Estados Unidos, donde todavía está en la cárcel. El líder de la Yihad Islámica Egipcia, Ayman al-Zawahiri, con el tiempo ayudó a fundar Al Qaeda y se convirtió en el líder del grupo terrorista transnacional después de la muerte de Osama bin Laden.

Sin embargo, tras el asesinato de Sadat, la administración de su sucesor, Hosni Mubarak, aplicó una política de mano dura contra los yihadistas de Egipto, encarcelando y persiguiendo a muchos de ellos en el país. Algunos de los que se exiliaron se involucraron en los conflictos armados de Afganistán, Bosnia y otros lugares. Los que se quedaron tuvieron dificultades para establecerse en la parte continental de Egipto durante el régimen de Mubarak. Al Qaeda intentó lanzar una franquicia en Egipto en 2006, pero no tuvo mucho éxito. Simplemente la franquicia no consiguió ser tan activa y eficaz como Tawhid wa al-Jihad, que estaba en el Sinaí durante ese mismo período. Sin embargo, la débil presencia yihadista persistió en Egipto. 

Los Hermanos Musulmanes

Luego vino la revolución de 2011 que llevó al derrocamiento de Mubarak y a la elección del presidente Mohamed Morsi, el líder de los Hermanos Musulmanes, que había renunciado a la violencia en la década de 1970 y se había convertido en una toda una entidad política. Durante el levantamiento y tras sus secuelas, cientos de presos políticos, entre ellos un buen número de yihadistas, fueron puestos en libertad. Estos pasaron a desempeñar un importante papel para ayudar a formar la Red Muhammad Jamal  y Ansar Beit al-Maqdis, que a finales de 2013 se había convertido en el grupo terrorista más activo y mortal en Egipto, con las células tanto en el continente como en la península del Sinaí.

El golpe de estado de 2013 dirigido por Abdel Fattah al-Sisi, el actual presidente de Egipto, que derrocó a Morsi tan sólo a un año de su mandato, empujó a los Hermanos Musulmanes al lado marginal del poder. Pero a pesar de las repetidas afirmaciones del gobierno egipcio, es poco probable que exista un vínculo entre los Hermanos Musulmanes y Ansar Beit al-Maqdis. Algunas fuentes egipcias han clasificado a este último como el brazo armado de los Hermanos Musulmanes. Sin embargo, estas afirmaciones parecen estar motivadas políticamente, en un intento de justificar la represión del gobierno egipcio sobre el grupo, que ha sido designado como una organización terrorista. Y cuando una parte significativa de Ansar Beit al-Maqdis se convirtió en la rama de Estado Islámico en el Sinaí —denominada Wilayat Sinaí— ayudó a subrayar hasta qué punto eran incorrectas estas afirmaciones. Mientras Ansar Beit al-Maqdis había sido un grupo crítico con los Hermanos Musulmanes, el Estado Islámico había marcado a los Hermanos Musulmanes como apóstatas. Ciertamente, algunos jóvenes musulmanes que habían sido asociados con los Hermanos Musulmanes se desilusionaron por la política del grupo de no violencia y se unieron a grupos yihadistas como Ansar Beit al-Maqdis y Ajnad Misr. Pero es evidente que esos grupos yihadistas no son y no estaban afiliados a los Hermanos Musulmanes.

El gran cisma de Egipto

El cisma que se desarrolló entre el Estado Islámico en Irak y Al Qaeda en 2013, y que finalmente llevó a la ruptura de los lazos entre los dos grupos y sus afiliados en 2014, tuvo un impacto importante en los yihadistas en Egipto —especialmente en Ansar Beit al-Maqdis, cuya organización continental se dividió en dos facciones—.  Antes de la división, las células de la parte continental de Ansar Beit al-Maqdis estaban lideradas por el ex agente de operaciones especiales egipcio Hisham Ashmawy. Después de la división, Ashmawy conservó el liderazgo de la facción de Ansar Beit al-Maqdis que se mantuvo leal a Al Qaeda. La segunda facción, que se unió a Wilayat Sinaí, estuvo liderada por el segundo de Ashmawy, Ashraf el-Gharably.

La división de Ansar Beit al-Maqdis fue significativa, ya que hasta ese momento el grupo había demostrado ser altamente competente y capaz de llevar a cabo ataques terroristas grandes y complejos. En septiembre de 2013, el grupo estuvo a punto tener éxito en su intento de asesinar al Ministro del Interior egipcio Mohammed Ibrahim con un coche bomba. En enero de 2014, el grupo llevó a cabo otro ataque utilizando otro coche bomba, esta vez contra la Dirección de Seguridad de El Cairo, dañando seriamente un importante símbolo de poder del gobierno. El 29 de junio de 2014, el grupo volvió a atacar, esta vez matando al fiscal general egipcio Hisham Barakat con un potente coche bomba, de la misma forma que hicieron en el intento de asesinato de Ibrahim.

El gobierno egipcio ha afirmado que Barakat fue asesinado por miembros de los Hermanos Musulmanes que habían sido entrenados por Hamas en Cisjordania, pero la operación tenía similitudes llamativas con el ataque a Ibrahim. Una explicación más probable es que Barakat fuera el objetivo de la célula de Ashmawy , que poseía un nivel de Tradecraft terrorista sin comparación con cualquier otro grupo militante en el interior de Egipto en los últimos años. Es probable que el grupo tuviera esta habilidad debido a los antecedentes de Ashmawy como antiguo oficial de las fuerzas de operaciones especiales egipcias y el hecho de que, según informes, había reclutado a un número sin confirmar de otros ex soldados y agentes de inteligencia para unirse a su causa.

Barakat murió el mismo día en que el líder del Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, anunció la formación del califato, un evento que trajo a Ansar Beit al-Maqdis el caos. En la edición de abril de 2016 de la revista Sentinel, publicada por el Centro de Combate contra el Terrorismo de West Point, Mokhtar Awad escribió que después de la disolución de Ansar Beit al-Maqdis, Ashmawy salió de Egipto y se hizo cargo de un grupo afiliado a Al Qaeda llamado "Al-Murabitun", que está asociado con el prominente yihadista argelino Mokhtar Belmokhtar. Recordemos que Al-Murabitun es una filial de Al Qaeda en el Magreb Islámico y que ha estado activa según los informes, también en Libia. Si es así, Ashmawy sería más que bienvenido al redil de Belmokhtar. Belmokhtar anteriormente trabajó con un egipcio llamado Abu Bakr al-Muhajir, que fue eliminado por las fuerzas francesas a principios de 2014, por lo que la idea de que Belmokhtar esté trabajando estrechamente con un egipcio leal a Al Qaeda no es irrazonable.

Si Ashmawy se encuentra en Libia colaborando con Belmokhtar o cualquier otro grupo, no quiere decir que él y sus colegas no sean capaces de operar en Egipto. De hecho, el desierto que separa el este de Libia de Egipto ha sido durante mucho tiempo un conducto para el comercio ilícito, incluyendo el tráfico de armas. Por lo tanto, no sería sorprendente que el grupo de Ashmawy tuviera la capacidad de atacar de nuevo en Egipto continental, aunque es notable que no ha habido un ataque con la complejidad de la célula de Ashmawy desde el asesinato Barakat.

Wilayat Sinaí en el continente 

Tras la disolución de Ansar Beit al-Maqdis, la facción del el-Gharably, que operaba en el continente bajo la bandera del Estado Islámico como Wilayat Sinaí, siguió realizando ataques. En julio de 2015, reivindicó un ataque con explosivos al Consulado italiano en El Cairo, que dañó significativamente el edificio y mató a un civil egipcio. El grupo también reclamó un ataque con explosivos a un edificio de seguridad del Estado en El Cairo al mes siguiente. Al igual que el ataque con explosivos al consulado italiano, la operación era bastante rudimentaria y se produjo en el medio de la noche, sin causar muertes.

A continuación, las autoridades egipcias comenzaron a cazar a la organización de el-Gharably. En una incursión en septiembre de 2015 en Giza, las autoridades mataron a nueve militantes, según los oficiales, los militantes estaban operando bajo el mando de el-Gharably y estaban implicados en ambos atentados. En noviembre de 2015, el mismo el-Gharably murió en una operación de la policía en El Cairo. Unos meses más tarde, seis personas, entre ellas tres policías, murieron en una operación en enero, en un apartamento en Giza que estaba siendo utilizado por el Estado Islámico para construir explosivos, cuando uno de los dispositivos fue detonado. Como consecuencia de estas operaciones, los militantes afiliados al Estado Islámico no han llevaron a cabo ataques a gran escala en el Egipto continental como lo hicieron en el verano de 2015, sin embargo, los militantes asociados con el Estado Islámico permanecen activos a día de hoy en el continente y han llevado a cabo ataques más simples hasta ahora.

Ajnad Misr se viene abajo

Al igual que la red de el-Gharably, Ajnad Misr se había visto muy afectado por las autoridades egipcias durante el año pasado. Ajnad Misr, que se traduce como "soldados de Egipto", apareció por primera vez a finales de 2013, pero no anunció formalmente su formación hasta enero de 2014. El fundador del grupo, Hammam Attiyah, era supuestamente un ex miembro de Ansar Beit al-Maqdis, y de hecho, la propaganda de Ansar Beit al-Maqdis se refería a los miembros Ajnad Misr como "hermanos".

El grupo comenzó sus operaciones militantes con ataques de armas pequeñas y bombas de tubo en los puntos de control en el área metropolitana de El Cairo / Giza. Estos ataques iniciales mostraron poca sofisticación táctica y no garantizaban la misma atención por parte de las fuerzas de seguridad egipcias que la que tenía Ansar Beit al-Maqdis. Aún así, a pesar de sus capacidades limitadas, los operativos de Ajnad Misr realizaron una persistente —aunque de baja intensidad— campaña de ataques con bombas de tubo y armas pequeñas que mataron a muchos agentes de policía, sobre todo en el área de Giza.

En abril de 2015, la policía mató a Attiyah en un tiroteo. Attiyah, que al igual Ashmawy había permanecido leal a Al Qaeda después del cisma con Estado Islámico, fue elogiado tanto por Al Qaeda en el Magreb Islámico como por Al Qaeda en la Península Arábiga. Aquel mes de septiembre, la policía mató a otros dos militantes de Ajnad Misr. Desde entonces, las operaciones de Ajnad Misr parecen haberse reducido significativamente, y el número de ataques contra las fuerzas de seguridad en Giza y El Cairo han disminuido. Esto ocurre tal vez porque era Attiyah el principal fabricante de artefactos explosivos del grupo, a pesar de que algunos medios de comunicación sugieren que enseñaba a otros a hacerlos, lo que si fuera cierto, significaría que si la presión de la policía se levanta de cualquier miembro de Ajnad Misr que quede con vida, estos podrían reagruparse y reanudar las operaciones terroristas.

Las Perspectivas para Egipto

La militancia, además del terrorismo, seguirá siendo un problema para el Egipto continental. El caos reinante en Libia permitirá a los yihadistas egipcios usarlo como una fuente de armas y explosivos, así como una base para la formación y el entrenamiento en el futuro previsible. Los operativos afiliados a Wilayat Sinaí seguirán planteando una amenaza de bajo nivel, al igual que cualquier miembro de Ajnad Misr que quede con vida.

La mayor amenaza terrorista que afronta ahora mismo Egipto viene de Ashmawy y su célula de operativos altamente capacitados, junto con el gran número de operativos terroristas profesionales procedentes de Egipto que están asociados con Al Qaeda y el Estado Islámico, pero que operan fuera del país. Si estos terroristas profesionales regresan a Egipto, o atacan a Egipto desde Libia, podrían ser mucho más letales que otros actores  —especialmente en llevar a cabo asesinatos y ataques dirigidos contra objetivos importantes en el país—.

En Resumen

- Los militantes del Estado Islámico y Al Qaeda en el Egipto continental siguen siendo una amenaza menor que atacarán objetivos poco relevantes en la zona.

- El cisma entre Al Qaeda y el Estado Islámico, sin embargo, seguirá limitando a las facciones islamistas en Egipto.

- Si un grupo terrorista profesional regresa a Egipto, supondrá una amenaza más grave a los objetivos sensibles de Egipto.