lunes, 1 de agosto de 2016

El Resurgimiento de la Insurgencia Kurda en Irán.


Aunque el territorio básico del Estado Islámico va a menos por momentos, su rápido ascenso como un enemigo global y su rápida expansión territorial en 2013 y 2014 sacudieron el Oriente Medio, instigando una serie de reajustes del poderío militar en la región. A medida que el grupo radical tomó Mosul, Tikrit, Sinjar, Zumar y Kobani, las unidades peshmerga kurdas de nacionalidad iraquí, iraní, turca y siria se desplegaron para tratar de detener al grupo. 

Sin embargo, la participación de los grupos kurdos en la lucha contra el Estado Islámico ha vuelto a fortalecerlos militarmente. En Irán, el hogar de una población minoritaria kurda, los efectos secundarios de este recién descubierto poder son visibles. La lucha contra un enemigo común ha comenzado a unir a los dispares grupos kurdos de Irán, a pesar de que las diversas facciones se pelearán inevitablemente por el dominio de la región. Mientras tanto, así como los kurdos han ganado importancia en el campo de batalla, algunos actores externos tienen un mayor interés en ellos. Combinados, estos factores ayudan a explicar el resurgimiento de la insurgencia kurda en Irán.


El Resurgir de la Insurgencia

Cuando el nuevo jefe militar de Irán aludió en su discurso de apertura del 5 de julio a los agresores "internos" que amenazan a la república islámica, se refería en gran parte a los kurdos del país. Durante la última década, Irán ha lidiado sólo con ataques esporádicos de grupos kurdos, generalmente perpetrados por el Partido de la Vida Libre del Kurdistán (PJAK). Pero en los últimos meses, varios grupos kurdos han puesto en marcha una serie de pequeños ataques contra los puestos de la Guardia Islámica Revolucionaria (IRGC) en las regiones del noroeste de Irán. Junto con el PJAK, el partido kurdo más antiguo y más prominente del país, el Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDKI), ha reanudado su resistencia armada contra Teherán, y un grupo más pequeño, el Partido de la Libertad del Kurdistán (PAK), también ha realizado ofensivas contra las fuerzas del IRGC.

Contener la insurgencia kurda, así como otras rebeliones minoritarias, ha sido durante mucho tiempo una prioridad para las fuerzas armadas de Irán. El ejército de Irán ha estado bien posicionado y equipado para sofocar estos levantamientos, que surgen de las poblaciones kurdas agrupadas en su mayoría a lo largo de la montañosa frontera de Irán con Irak y Turquía. Ahora que las facciones kurdas rivales están uniendo fuerzas  —a pesar de que están lejos de estar unificadas—  Irán lo tendrá más difícil para garantizar que las reivindicaciones de los kurdos no generen conflictos con otras minorías, como los baluchis, azeríes o ahwazis. Pero Irán tiene una ventaja a su favor, la fragmentación perpetua de los kurdos. Dado que los grupos kurdos iraníes basan sus operaciones en la frontera con el Kurdistán Iraquí, Irán puede utilizar su influencia en Irak para mantener a los kurdos lejos de interferir demasiado en los conflictos nacionales y extranjeros fuera de su región de dominio.

Diferentes grupos, mismas reivindicaciones

La población kurda de Irán, estimada en 6 millones, es en su mayoría suní y lidera varios partidos políticos, junto con los grupos militantes asociados a esos partidos y las fuerzas paramilitares peshmerga. El Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDKI) fue fundado hace más de 70 años para defender la independencia kurda en la efímera República de Mahabad. El Partido Democrático del Kurdistán (PDK), el partido que está en el poder en el Kurdistán Iraquí, surgió del PDKI en 1946, y ambos partidos se han mantenido cerca a lo largo de los años, intercambiando ideología y líderes. Después de su creación en 1991, el Gobierno Regional Autónomo del Kurdistán Iraquí proporcionó al PDKI un espacio neutral desde el cual operar. En 1996, el partido renunció a la mayor parte de su resistencia armada contra Irán y desde entonces ha operado en silencio, rara vez ha llevado a cabo ataques en Irán. El PAK, más pequeño que su homólogo, fundado en 1991, después de que el Kurdistán Iraquí obtuviera su independencia, tiene por objeto el establecimiento de una sociedad democrática y federal en Irán. Ahora, ambos grupos han afirmado que están abandonando su acuerdo de alto el fuego con el gobierno iraní para renovar la lucha por la liberación kurda. Por el contrario, el PJAK, que está históricamente asociado con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán Turco (PKK), nunca estableció una tregua después de su fundación en 2004.

Al igual que otros grupos minoritarios en Irán, los grupos kurdos viven en su mayoría fuera de los centros económicos urbanos del país. Pese a las afirmaciones del presidente iraní, Hassan Rouhani de que el acuerdo nuclear de Irán con Occidente llevará el crecimiento económico y el rejuvenecimiento al país, los beneficios dudosamente llegarán a los kurdos. En un reciente viaje  —el cual la mayoría de los miembros del parlamento boicotearon— a la provincia de Kermanshah, en el Kurdistán Iraní, Rouhani trató de calmar las preocupaciones de los líderes sobre la desigualdad económica, prometiendo mil millones de dólares en ayudas. Aunque nada tangible se ha entregado hasta el momento, el gobierno está claramente tratando de apaciguar a sus poblaciones minoritarias mientras las elecciones de 2017 se acercan y se eleva la actividad insurgente.

Una llamada de socorro

Que los grupos militantes kurdos estén atacando a las fuerzas del estado iraní no es inusual. Pero gracias a su papel en la batalla contra el Estado Islámico, los grupos kurdos han ganado la unidad y la prominencia internacional que necesitaban. Ahora esperan canalizar parte del apoyo externo que se ha extendido a ellos para luchar contra el Estado Islámico y reanudar su lucha por la autonomía. En julio, el PAK declaró que la ayuda internacional permitiría a los kurdos poner fin a "la influencia iraní en la región." También el PDKI, ha sido explícito sobre su deseo de construir lazos con socios externos, anunciando en julio el inicio de su campaña para encontrar aliados con el fin de contrarrestar las amenazas que provienen de Irán. Sin embargo, sus peticiones de financiación y equipamiento del extranjero no se cumplirán siempre que el PDKI y el PAK sigan con su insurgencia. Después de todo, los esfuerzos de financiación contra el Estado Islámico y el apoyo a una rebelión separatista contra un país soberano son dos esfuerzos completamente diferentes.

A pesar de ello, los países con un gran interés en la exacerbación de los problemas internos de Irán —como Arabia Saudita e Israel—  podrían ponerse de acuerdo para ayudar a los kurdos. Arabia Saudita ha estado proporcionando apoyo financiero a los tres grupos insurgentes kurdos a través de su consulado recientemente inaugurado en Erbil, la capital del Gobierno Regional de Kurdistán. Por otra parte, el PDKI y el PAK han apelado directamente a Riad en sus peticiones de financiación, para gran consternación de Teherán.

Más que avanzar en su causa separatista, las fuerzas insurgentes kurdas iraníes reforzarán las demandas de otros grupos étnicos minoritarios por la independencia. De hecho, esta es una de las razones expuestas por los grupos Kurdos para aumentar gradualmente su rebelión. En una declaración comprometiendo la solidaridad del grupo con otros movimientos separatistas en Irán, el líder del PDKI anunció que se había unido con organizaciones árabes, azeríes, baluchis, turcomanas y kurdas para formar el Congreso de Nacionalidades para un Irán Federal.

A medida que continúan los ataques, las fuerzas armadas de Irán trabajarán para impedir cualquier esfuerzo que conduzca hacia el federalismo en Irán. Mientras que la mayoría de los grupos se unen en la lucha por la independencia, la mayor competencia entre ellos les impedirá luchar contra Irán de forma efectiva. Así como la insurgencia del PKK de Turquía ha ilustrado, superar las divisiones internas para montar una ofensiva eficaz contra un Estado fuerte y soberano es más fácil decirlo que hacerlo. Pero mientras la rebelión continúa, los opositores iraníes se verán tentados a prestar su apoyo.

En Resumen

- La renovada insurgencia kurda será una molestia constante para Irán, pero sólo amenazará ligeramente su firme control sobre el Kurdistán Iraní.

- Una vez que el Estado Islámico haya sido derrotado, la lucha entre los grupos kurdos iraníes llegará a ser más susceptible a la interferencia externa, ya que competirán entre ellos por la dominación de la región.

- Irán utilizará su influencia en Irak y en el Gobierno Regional de Kurdistán para evitar que los grupos basados en el gobierno regional de kurdistán causen problemas.


- Créditos de las fotos: Kurdishstruggle  / CC BY

M.A.S.H.A

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