Un Marine dispara su M16A2 junto con un soldado marroquí que dispara su AK-47 en el polígono de tiro durante el ejercicio African Lion, el 20 de abril de 2007. (Dustin Schalue / USMC)
La sospecha y la inquietud están lastrando de nuevo las relaciones entre Argelia y Marruecos. Un cambio innegable en la relación de poder ha tenido lugar entre los países vecinos, ya que el gasto militar de Argelia supera al de Marruecos. Las compras de armas de Argelia a gran escala en 2016 refuerzan la probabilidad de que Argelia continuará invirtiendo fuertemente en sus fuerzas armadas. Y así como Argelia refuerce sus fuerzas, la posición de Marruecos en la región se volverá más precaria, especialmente si una crisis o conflicto estalla. Para hacer frente a Argelia, Rabat buscará estrategias alternativas para mantener su seguridad. Pero si Marruecos decide hacerlo a través de la adquisición de material militar selecto o a través de alianzas, no hay garantía de que sus fuerzas puedan igualar al nuevo armamento de Argelia.
Los estados modernos de Marruecos y Argelia están definidos por la desconfianza mutua. Poco después de obtener la independencia de Francia, la ausencia de líneas demarcadas a lo largo de ciertas secciones de la frontera entre Argelia y Marruecos provocó disputas territoriales, que finalmente condujeron a la Guerra de las Arenas en octubre de 1963. La frontera fue finalmente demarcada en 1972, pero las hostilidades entre los dos países persistieron.
Las tensiones entre Rabat y Argel se encendieron aún más durante la Guerra del Sahara Occidental (1975-1991). Argelia respaldó activamente al Frente Polisario - un movimiento de liberación nacional saharaui que pretendía obtener la independencia de Marruecos en el Sahara Occidental - para limitar la expansión y la influencia regional de Marruecos. Argelia dio apoyo esencial al Frente Polisario mediante el suministro de armas pesadas y otros equipos. Las fuerzas argelinas incluso se enfrentaron directamente con las fuerzas marroquíes durante la batalla de Amgala en 1976, lo que casi dio lugar a una guerra a gran escala.
La Guerra del Sahara Occidental finalmente terminó en septiembre de 1991 con un alto el fuego que dejó a Marruecos con el 80 por ciento del territorio del Sahara Occidental y al Frente Polisario con el resto. Sin embargo, las posteriores negociaciones para resolver totalmente el conflicto no han logrado avanzar mucho, y el conflicto latente sigue envenenando las relaciones entre los dos países.
Superioridad armamentística
Dada su animosidad de larga data hacia Argelia, Marruecos ha formulado históricamente sus planes estratégicos de defensa en torno a un posible conflicto con Argel. Estos planes requieren no sólo un gran ejército permanente, sino también una considerable inversión en equipamiento militar capaz de resistir un ataque de Argelia. Desde hace más de una década después del final de la Guerra del Sahara Occidental, Marruecos fue en gran medida capaz de mantener un equilibrio de fuerzas suficiente con Argelia. Pero Argel comenzó constantemente a ir por delante de Marruecos alrededor de 2003, con la inversión de los beneficios de sus abundantes recursos en hidrocarburos en sus fuerzas armadas. Mientras que el presupuesto militar de Marruecos igualó en gran parte o incluso superó al de Argelia el pasado siglo, Rabat ya no puede actualmente permitirse el lujo de mantenerse al día.
En el año 2009, Argelia había superado a Sudáfrica como el mercado de defensa más grande del continente. En 2013, se convirtió en el primer país africano en invertir más de 10 mil millones de dólares en sus fuerzas armadas, un incremento del 176 por ciento desde 2004. Argelia ahora gasta aproximadamente 10.5 mil millones de dólares al año en defensa, tres veces más que Marruecos.
Debido a que Argelia es un importante exportador de energía y depende de sus recursos de hidrocarburos para el gasto público, la caída de los precios del petróleo a partir de 2014 hirieron gravemente las finanzas del país. El déficit presupuestario de Argelia casi se duplicó entre 2014 y 2015, pasando de 6,2 por ciento a 11,5 por ciento. Sin embargo, un gran número de pedidos de armas solicitados recientemente por Argelia indican que el país no planea recortar significativamente su gasto militar.
En enero de 2016, Argelia había pedido 12 cazabombarderos Su-34 a Moscú. Será el primer país, después de Rusia, en operar esta aeronave. Luego, en abril, Argelia aumentó el número de helicópteros de ataque rusos Mi-28NE que está comprando de 8 a 42. Las compras de armas de Argelia a gran escala, incluyen las negociaciones sobre la compra del caza de superioridad aérea Su-35 y otros equipos de fabricación Rusa todavía clasificados.
Inclinando la balanza
Un soldado marroquí proporciona seguridad mientras dos MV-22 Ospreys se preparan para aterrizar e insertar un contingente de marines como refuerzo en el área de formación Tiznit, Marruecos, el 20 de mayo de 2015 (Chad McMeen / USMC)
El gasto militar o armamento avanzado no es el único aspecto que define la fuerza militar de un país. Aún así, es evidente que Argelia está inclinando de manera constante la relación de fuerzas con Marruecos en su favor. Y, mientras que Marruecos puede realizar limitadas inversiones estratégicas en sus fuerzas armadas, está claro que también tendrá que depender de otras medidas para asegurar su seguridad e intereses.
Al igual que en la Guerra del Sahara Occidental, un punto clave de la estrategia de Marruecos dependerá de sus aliados árabes. Su estrecha relación con el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) será especialmente importante. Marruecos ha mantenido estrechos vínculos con Arabia Saudita, en particular, a base de mantener fuerzas desplegadas sistemáticamente en la región del Golfo en apoyo de los objetivos de Riad. Por ejemplo, Rabat envió aviones de combate para tomar parte en la campaña en Yemen, incluso perdiendo un avión F-16 y su piloto. Y el CCG ha correspondido esta lealtad de Marruecos con apoyo financiero y diplomático. En un caso extremo, Marruecos podría obtener de la CCG el envío de ayuda militar, especialmente de poder aéreo.
Marruecos también se beneficia de una estrecha relación con Francia y los Estados Unidos. Ambos países son los principales proveedores de armas del reino, y cuyas fuerzas militares realizan regularmente ejercicios conjuntos con las fuerzas marroquíes. Los Estados Unidos designaron a Marruecos en 2004 como un importante aliado fuera de la OTAN, lo que beneficia a Rabat con entregas prioritarias de excedentes militares, entrenamiento militar, y el uso de la financiación de EE.UU. en la compra de equipos de defensa específicos. Marruecos, sin duda, seguirá sosteniendo y avanzando en su relación con los militares de EE.UU. como una cobertura contra la progresiva militarización de Argelia.
Así como Marruecos se prepara con inquietud para el cambio en el equilibrio de la balanza con Argelia, tendrá que depender cada vez más de su red de alianzas para hacer frente a los gastos militares de Argel. Rabat buscará una mayor cooperación con el CCG y con los aliados occidentales, como Francia y Estados Unidos. Pero incluso las alianzas de Marruecos no son ninguna garantía contra posibles choques con Argelia, especialmente mientras se mantienen las disputas sobre el Sahara Occidental.
En Resumen
- A pesar de su débil economía, Argel seguirá dando prioridad a los gastos militares, cambiando el equilibrio de poder entre Argelia y Marruecos a favor de Argelia.
- En consecuencia, Marruecos se verá cada vez más dependiente de sus aliados regionales y occidentales para asegurar mejor su posición.