Manifestación pro-Ucrania en protesta contra la Conferencia de Seguridad de Múnich del 1 de Febrero de 2014. (Foto de blu-news.org / CC BY)
En los años transcurridos desde el levantamiento del euromaidán, la integración política y económica con la Unión Europea se han convertido en la piedra angular de la administración encabezada por el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko y el primer ministro Volodymyr Groysman. Poroshenko llegó al poder en 2014 después que el presidente Viktor Yanukovich fuera depuesto después de meses de protestas inspiradas por su negativa a firmar un acuerdo comercial con la Unión Europea. Como uno de sus primeros actos de gobierno, Poroshenko comenzó las negociaciones para reactivar el acuerdo que su predecesor había rechazado, y la adhesión a la UE ha sido un objetivo primordial de su gobierno desde entonces. Ahora, la incertidumbre creada por el abandono de Reino Unido de la Unión Europea ha puesto el futuro de Ucrania en el bloque —y la legitimidad del gobierno en Kiev— en duda.
Desde un punto de vista económico, el Brexit podría tener graves consecuencias para Ucrania. El Reino Unido es la segunda mayor economía en la Unión Europea, y el bloque obtuvo más del 40 por ciento de las exportaciones de Ucrania en 2015. Aunque el propio Reino Unido sólo es el 11.º mayor socio comercial de Ucrania, el comercio bilateral entre los dos países superó los 2 mil millones de dólares el año pasado. Una vez que el Reino Unido salga del bloque, esta actividad comercial y el acuerdo de asociación con Ucrania del que Reino Unido es actualmente parte en calidad de miembro de la UE, podría verse comprometido.
Un futuro incierto
Más allá de los efectos económicos, el Brexit corre el riesgo de acelerar la fragmentación de la Unión Europea, una perspectiva preocupante para Kiev. Después de que Moscú se anexionara Crimea y comenzara a apoyar la rebelión pro-Rusa en el este de Ucrania, la Unión Europea impuso sanciones contra Rusia, y desde entonces la ha mantenido a raya. Pero el Brexit ha puesto en duda el futuro de las sanciones. Incluso antes del referéndum del 23 de junio, países como Hungría, Grecia y Eslovaquia habían expresado sus dudas sobre la prolongación de las medidas, que también perjudican a sus economías. Alemania, líder de facto de la Unión Europea, logró convencer a sus estados miembros compañeros de mantener las sanciones, siempre y cuando no se implementaran los protocolos de Minsk, y en junio, los miembros de la UE votaron unánimemente para extenderlas hasta enero de 2017. Sin embargo, hay una posibilidad real de que las sanciones serán aliviadas o levantadas en la próxima votación a principios de 2017.
Ucrania ha trabajado febrilmente para evitar tal resultado, presionando a la Unión Europea para continuar con las sanciones. Después de todo, los componentes básicos de seguridad de los acuerdos de Minsk no se han cumplido, y las violaciones del alto el fuego ocurren con regularidad a lo largo de la línea de contacto en el este de Ucrania. El 27 de junio, pocos días después del Brexit, Poroshenko voló a Bruselas para hablar con los líderes de la UE sobre las implicaciones de la votación para Ucrania y para instar mantener las sanciones rusas.
Todo es ilusión
A pesar de la agitación en el bloque, los líderes de Ucrania tienen la esperanza sobre la adhesión a la UE. Groysman afirmó el 1 de julio, que estaba seguro de que su país estaría en el bloque en 10 años. Aún así, es probable que este pensamiento no sea más que una ilusión por parte del gobierno de Ucrania. Antes del Brexit, la Unión Europea no se fiaba de aceptar una nueva licitación para la adhesión, gracias a las crisis económicas y de refugiados que plagaban el bloque. De hecho, a principios de junio, se aplazó la concesión de privilegios de viaje sin visado a los ciudadanos de Ucrania.
No obstante, el Brexit no significa necesariamente un problema para las relaciones UE-Ucrania. En lugar de precipitar la caída del bloque, la salida del Reino Unido podría dar lugar a una interacción más eficiente y eficaz de la Unión Europea, siempre y cuando el bloque pueda mantener a raya a sus demonios, que no son pocos. Y a pesar de sus problemas financieros y económicos duraderos, la Unión Europea sigue representando un futuro más brillante y más próspero para muchos ucranianos. La integración con el bloque, por otra parte, ha sido una fuerza impulsora detrás de los esfuerzos del gobierno de Ucrania en la reforma política y económica. Si el Brexit conduce a la desintegración de la Unión Europea, Ucrania podría desviarse del camino que ha seguido desde la revolución del euromaidán. Aunque es poco probable que el país vuelva a una alianza estratégica con Rusia, sin un contrapeso viable a la influencia de Moscú, la presión política sobre Kiev se elevará, dejando a Ucrania cada vez más vulnerable.
En Resumen
- Después del Brexit, es probable que la Unión Europea coloque en una prioridad más baja los proyectos de integración con Ucrania, ya que se centrará en los asuntos internos del bloque.
- Dependiendo de sus términos y plazos, la salida del Reino Unido de la Unión Europea podría perjudicar a Ucrania desde el punto de vista económico y político.
- Con el tiempo, esto podría debilitar el apoyo al gobierno de Ucrania, que ha dado prioridad a una cooperación más estrecha con la Unión Europea.
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